A comienzos de los años treinta todos los acorazados de la primera Guerra Mundial estaban anticuados. Se estaban comenzando los dos nuevos acorazados Vittorio Veneto pero aunque modernísimos no iban a ser suficientes frente a las fuerzas francesas en el Mediterráneo. Se decidió entonces iniciar la extensiva conversión de la clase Cavour y de la clase Caio Duillo . Así quedaba establecida una fuerza de ocho acorazados modernos para la flota de batalla a comienzos de la década del cuarenta.